En el Calafell de hoy estamos viviendo como si no hubiesen pasado 36 años de la muerte del dictador. De hecho, el dictador está vivo. De hecho está en el poder, al menos en Calafell. Estamos viviendo un disparate de actuaciones represoras y de métodos mafioso-fascistas contra todo aquel que es o puede ser crítico con el poder municipal.
¿A qué viene esto? Pues muy sencillo: desde hace unas semanas el ayuntamiento está efectuando todo tipo de presiones y amenazas, unas veladas y otras más descaradas, a mucha gente próxima a ADMC, la ADMC de verdad, nosotros. No es así con aquellos que optan y participan políticamente en otras formaciones que cuentan con el beneplácito del ayuntamiento y que son vistas como “segundas marcas” del PSC de Calafell, que tienen puestos de trabajo en la administración municipal y que no sólo no se ven amenazados sino que cuentan con la colaboración de ésta. Esto ocurre también con comerciantes, hosteleros e industriales del municipio a los que, cuando nos dirigimos, nos dicen que han recibido amenazas de denegación de licencias, inspecciones, revocación de contratos, etc. Toda esta gente nos confirma que están con nosotros, con nuestro proyecto, pero tienen miedo por ellos, por sus hijos, parejas, por su negocio, por las amenazas de la administración. Evidentemente estas amenazas no se hacen por escrito; en ese caso ya estarían en le juzgado. Se hacen verbalmente, a solas, en despachos. No podemos dar nombres porque habría represalias sólo por eso. Y, mientras el ayuntamiento despide a simpatizantes de ADMC con escusas diversas (fin de contrato, falta de dinero, etc.), contrata a sus amigos para suplirlos, pagar favores y ganar adeptos.
Denunciamos el acoso al que está sometida la gente simpatizante de ADMC por parte del equipo de gobierno del ayuntamiento de Calafell, esperamos que los ciudadanos y ciudadanas de Calafell ayude, con su voto, a poner fin a estas prácticas que sólo pueden ser reprobadas.
